El universo del huipil
La palabra huipil proviene del náhuatl huipilli, que significa blusa o vestido adornado. Esta es la base de una tradición prehispánica entre las mujeres de distintas culturas indígenas, y que hoy en día se conserva en nuestro país.
El huipil es considerado como la prenda tradicional indígena, sin embargo, su aparente simpleza (un lienzo de tela doblado con una abertura para la cabeza y cosido por los lados) es todo un arte para representar y explicar el mundo.
El huipil: más que una prenda
Las telas que se utilizan para hacer el lienzo principal están compuestas por algodón y lana, en ocasiones se entretejen algunas partes con seda, artisela y plumas. Lo importante de este telar madre es que tal cual sale del telar, se comienza a usar.
Los ornamentos bordados de los huipiles varían desde figuras geométricas, humanas, animales o de plantas. El lienzo se teje con los simbolismos de cada pueblo, y hay quien dice que se puede saber el origen de una mujer simplemente leyendo su huipil.
Del corte básico del huipil existe una gran variedad de modelos: los hay cortos hasta la cintura, que se utilizan más como blusones, y otros que cubren la figura hasta los tobillos. El escote puede ser redondo, ovalado, cuadrado o simplemente una incisión vertical, apenas suficiente para dejar pasar la bocamanga.
Thelmadatter, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons
Los huipiles suelen combinarse con una faja o una falda de pretina, y se portan en caída natural o debajo de la falda, dependiendo del largo. Cualquiera de sus usos es, como ya sabemos, una prenda femenina prehispánica que ha perdurado a lo largo de los siglos para seguir vistiendo a toda una cultura, y continuar perpetuando su universo.
Cotidianamente las mujeres visten un huipil para el uso diario y otro para ocasiones especiales como las bodas. El huipil de los casamientos será el mismo que las mujeres portarán el día de su muerte.
ChavadorPaz, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons
Huipiles: cosmogonía femenina
La diversidad de símbolos, imágenes, hilos y telas que conforman los huipiles han otorgado a sus creadoras una personificación de artesanas sagradas. Pitonisas creadoras de universos que sólo pueden ser explicados a través de los telares.
No es extraño que existan muchas creencias al respecto, como la transferencia de almas, donde la portadora del huipil se apoderaba de la identidad de la tejedora; o como la de que la prenda en sí misma es un ser vivo, teniendo como boca la apertura superior y de dientes los listones que cuelgan de ella.
AlejandroLinaresGarcia, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons
Hoy en día el huipil es una prenda valorada por el pueblo mexicano y admirada por el mundo, ya que muchas de sus tejedoras han sido galardonadas con premios internacionales. Así que no lo dudes, éste es un traje hecho por mujeres y para mujeres. Vestirlo es un orgullo cultural que debe seguir presente en nuestra identidad mexicana.
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